We need to talk about Kevin



We need to talk about Kevin (Reino Unido, Estados Unidos, 2011)
Dirección: Lynne Ramsay
Guión: Lynne Ramsay y Rory Kinnear, basados en la novela homónima de Lionel Shriver
Fotografía: Seamus McGarvey
Música: Jonny Greenwood
Idioma: Inglés
Duración: 112 min.

Reparto: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller, Siobhan Fallon, Ursula Parker, Jasper Newell, Rocky Duer.

Sinopsis:
Lionel Shriver escribió esta novela en el año 2005 pensando que muchos podrían leerla como un tratado contra la maternidad; según sus expresiones, lejos estuvo de sus intenciones hacer semejante cosa. De todas maneras ganó el premio Orange en 1992, que se concede a las mejores obras de ficción escritas por mujeres del mundo entero. Editorial Anagrama la publicó en junio de 2007. Esta es su séptima novela y ahonda en el desamor, el rechazo solapado, los silencios enfermizos llenos de rencor, y desmitifica algunos aspectos idealizados sobre el amor materno y las relaciones simbióticas, indestructibles y románticas entre una madre y su hijo.

Desde el punto de vista psicológico, mejor dicho desde el punto de vista de la psicología femenina y maternal, este film es muy complejo. Es temerario indagar en el amor de la mujer y su hijo, especialmente si éste es varón, asunto que ya el psicoanálisis trató con mucho énfasis, y la literatura y el cine lo hicieron en repetidas ocasiones con mayor o menor fortuna.

Sobre los vínculos madre-hija, sus aristas y estructura, sus conflictos y rivalidades, el cine ha sido muy prolífico. Incluso "padre e hija" han dado varios títulos que van desde la psiquiatría hasta el abandono y el rechazo (ver en especial el cine de Hitchcock). Pero seguir el calvario desde el nacimiento, la niñez y la adolescencia de un chico y una madre confundida sobre sus lazos emocionales y sanguíneos, soportarlo en silencio y recibir de lleno los reproches y ataques del niño incapaz de conformar una relación mínimamente normal con su madre y viceversa, es de una valentía notable. Sobre esto trata la novela y por supuesto el film de la escocesa Lynne Ramsay. No es un tratado psiquiátrico, ni subyace una postura científica o moral por debajo de la historia; más bien relata con pocas palabras e imágenes muy elocuentes el paso del tiempo y el irracional o incomprensible choque entre dos seres unidos biológicamente pero totalmente opuestos desde lo emocional como desde lo esencial en el hombre, a lo que nos tiene acostumbrados la literatura o el cine convencional.

De todas maneras, y por más que queramos, no es la historia de un psicópata de nacimiento o poseído por el demonio. Si en algo se detiene la directora es en describir la ambivalencia de ciertas conductas “maternales”, donde lo instintivo choca con lo biológico y lo emocional con la racionalidad de una frustración y un desencanto que roza lo incomprensible, en especial para una madre que no sabemos qué piensa en realidad de su hijo, y que ve cómo el padre sigue su juego sin percatarse que se va generando un pequeño diablillo lleno de furia y rencor. Es para estudiar detenidamente ambas conductas: la maternal, por un lado, impregnada de confusión y paranoia, y la paternal, entre indiferente e ingenua, casi al servicio del final que va avanzando irremediablemente, casi como una fórmula matemática, predestinado e inadvertido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué buena sinopsis, ¿tú la escribiste?. Como sea, deberías hacer un libro, créeme.
Saludos.